Kathryn Kuhlman

by 1/22/2017 1 comentarios

"La mujer que creía en los milagros"

Cientos de personas han sido sanadas simplemente mientras estaban sentadas tranquilamente en medio de la gente, sin ninguna demostración extraordinaria. Muchas veces, ni siquiera sucede mientras se predica un sermón. Ha habido casos en que no se había cantado ni una canción. No hay demostraciones estruendosas, no hay que llamar a gritos a Dios como si Él fuera sordo, no hay exclamaciones ni alaridos. Dentro de la misma quietud de Su presencia, y ha sucedido cientos de veces, en que la presencia del Espíritu Santo era tal que casi literalmente se podía escuchar el latir, el ritmo del latido de los corazones de miles de personas, al unísono"
En medio de este profundo silencio una voz dice: "¡Creoooo ennn... loooos milagroooooos!" Repentinamente, el aplauso de las miles de personas que observan a esa figura alta y esbelta surgiendo de las sombras en un vaporoso vestido blanco se vuelve ensordecedor. Ella se desliza hacia el centro de la plataforma, y comienza un nuevo culto de milagros con Kathryn Kuhlman.

En su ministerio internacional, Kathryn Kuhlman sentó los fundamentos para la obra del Espíritu Santo en las vidas de incontables miles de personas en todo el mundo. Su ministerio, único, cambió el énfasis en el cuerpo de Cristo, que pasó de la demostración externa de los dones sobrenaturales del Espíritu Santo, nuevamente al Dador de los dones: el Espíritu Santo.

El tono profético de su ministerio marcó el paso de lo que la iglesia sería en los tiempos por venir. Su ministerio fue, literalmente, un precursor de la iglesia del futuro.

Aunque ella se consideraba "una persona común", Kathryn era única. Muchas han tratado de imitar su voz y sus movimientos teatrales, pero sin resultado. Otros han tratado de traducir su unción especial a técnicas y métodos, sin éxito.

Yo doy gracias a Dios por Kathryn Kuhlman. Ella fue un ejemplo de una persona que no temió pagar el precio de andar en el servicio de Dios. Agradezco las lecciones que he aprendido por medio de su vida. Y en este capítulo quisiera compartir algunas de esas lecciones con ustedes; muchas de ella, en sus propias palabras.

PELIRROJA Y CON PECAS 

Concordia, Misuri, fue el lugar donde se establecieron los inmigrantes alemanes que comenzaron a llegar a fines de la década de 1830. La madre de Kathryn, Emma Walkenhorst, se casó con Joseph Kuhlman en 1891. Según su registro de la escuela secundaria, Kathryn Johanna Kuhlman nació el 9 de mayo de 1907, en la granja familiar, aproximadamente a 8 kilómetros de Concordia. Kathryn fue llamada con los nombres de sus dos abuelas. No recibió un certificado de nacimiento, ya que los mismos sólo fueron obligatorios en Misuri a partir de 1910.

Cuando Kathryn tenía dos años de edad, su padre vendió la granja de 64 hectáreas, y construyó una casa grande en la ciudad, a la que Kathryn siempre llamaría su "hogar".
Una amiga de su infancia describía a Kathryn de esta manera:
"...Facciones grandes, pelirroja, con pecas. No podía decirse que Kathryn fuera bella. No era femenina ni atrayente físicamente en ningún sentido de la palabra. Era más alta que las chicas de 'nuestra barra'(1,73 m), larguirucha y de contextura masculina, y sus pasos largos nos hacían jadear para mantenemos a su ritmo cuando caminábamos juntas" .
De joven, Kathryn también se destacaba por su "independencia y autoconfianza y su deseo de hacer las cosas a su manera". Se las arreglaba para manejar a su padre, y conseguía casi cualquier cosa que deseara de él. Según Kathryn, la disciplina siempre estaba a cargo de su madre, una mujer dura, que nunca elogiaba a su hija ni le daba muestras de afecto. Pero Kathryn nunca se sintió que le faltaba amor o que no era deseada. Su padre le daba todo el afecto y el amor que necesitaba.

En realidad, Kathryn adoraba de tal manera a su padre que aun treinta años después de su muerte, al hablar de él, los ojos se le llenaban de lágrimas.


Cierta vez, cuando Kathryn tenía aproximadamente nueve años, quiso hacer algo especial para el cumpleaños de su madre, y decidió darle una fiesta sorpresa.

Pues bien, la niña, sin darse cuenta de que el cumpleaños de su madre caía un lunes, fue por las casas de sus vecinos pidiéndoles que en ese día vinieran todos a su casa con una torta para Emma.

Los lunes eran día de lavado para los Kuhlman. Todos los demás días de la semana, Emma Kuhlman se vestía con sus mejores ropas de pies a cabeza. Nunca se sabía cuándo podía aparecer una visita inesperada, y a ella le espantaba la idea de que alguien pudiera verla mal vestida, desarreglada. 

Llegó el lunes, y Emma Kuhlman estaba vestida como para lavar. Mientras trabajaba inclinada sobre la tina de agua caliente, con su cabello húmedo de sudor cayéndole sobre el rostro, su ropa húmeda y sucia, y las piernas descubiertas, sonó un golpe en la puerta. Cuando Emma abrió, vio que todos sus vecinos habían venido a saludarla, vestidos con sus mejores ropas, y allí estaba ella, fatigada y sucia por el trabajo de lavado. Con su orgullo profundamente herido, Emma prometió a Kathryn, por lo bajo, que más tarde se ocuparía de ella.

Y lo hizo, Emma Kuhlman hizo que su hija se pusiera de pie y comiera hasta el último trozo de todas las tortas que habían traído los vecinos.

El padre de Kathryn le enseñó los principios comerciales. Era dueño de un establo. A su hija le encantaba ir con él cuando visitaba a sus clientes para cobrar, y años más tarde reconocería que había aprendido de él todo lo que sabía sobre organización y negocios.

"PAPÁ JESÚS ENTRÓ A MI CORAZÓN"

Kathryn tenía catorce años cuando nació de nuevo. Durante su vida relató muchas veces la historia de cómo respondió a lo que parecía ser un llamado soberano proveniente en forma directa del Espíritu Santo, no de ninguna persona. Ella venía de un trasfondo "religioso", más que espiritual, por lo que las iglesias a las que asistía nunca hacían llamados para recibir la salvación.
Acerca de esto, Kathryn escribió:
"Yo estaba de pie junto a mamá, y las agujas del reloj estaban ubicadas en las doce menos cinco minutos del mediodía. No recuerdo el nombre del pastor, ni siquiera una palabra de su sermón, pero algo me sucedió. Es tan real para mí hoy como en ese momento; lo más real que me ha sucedido en mi vida. 
"Allí, de pie, comencé a temblar de tal forma que no podía sostener el himnario, así que lo dejé en el banco... y comencé a sollozar. Sentí el peso de la convicción y me di cuenta de que era pecadora. Me sentía la persona más baja, la peor del mundo entero. Pero sólo tenía catorce años. 
"...Hice lo único que sabía hacer: me deslicé de donde estaba y fui hacia el primer banco; me senté allí en un rincón y lloré. ¡Oh, cómo lloré! 
"...Me había convertido en la persona más feliz del mundo. El tremendo peso había sido levantado. Experimenté algo que nunca me abandonó. Había nacido de nuevo, y el Espíritu Santo había hecho justo lo que Jesús dijo que haría: (Juan 16:8) 
El padre de Kathryn estaba de pie en la cocina cuando ella llegó corriendo de la iglesia para compartir la buena noticia con él. Ella acostumbraba contarle todo. 

En sus propias palabras, se lanzó sobre él y le dijo: Papá... ¡Jesús ha entrado en mi corazón! "

Sin mostrar ninguna emoción, su padre sólo dijo: "Me alegro. " Kathryn recordaba que nunca estuvo realmente segura de si su padre había comprendido en verdad lo que le había dicho. Finalmente, la jovencita decidió asistir a la iglesia bautista a la que iba su padre, en lugar de la metodista a la que iba su madre. Aun entonces, ya tenía ideas propias. 

Kathryn decía que nunca estuvo segura de si su padre era nacido de nuevo. Algunas veces, en público, aseguraba que sí. Pero otras veces, en privado, expresaba su frustración por no poder estar segura.

Sin embargo, Kathryn sabía que su padre sentía una profunda aversión por los predicadores. En realidad, según ella, los despreciaba.

Si Joseph Kuhlman veía a un predicador viniendo en dirección a él por la calle, se cruzaba a la acera opuesta para no tener que hablarle.

Pensaba que todos los predicadores "sólo buscaban dinero". Y las únicas ocasiones en que asistía a la iglesia era en festividades especiales o para algún culto en que Kathryn recitaba. Hasta donde su hija sabía, Joseph Kuhlman nunca oraba ni leía la Biblia.

SU PRIMER ABRAZO

Según Kathryn, asistir a la iglesia era tan importante como ir a trabajar.  Al principio asistió a la Iglesia Metodista con su madre. Fue allí, en 1921, que nació de nuevo. Pero a partir de 1922, toda la familia se hizo miembro de la Iglesia Bautista.

Aunque venía de un trasfondo denominacional, el ministerio de Kathryn, en los últimos años, se volvería ecuménico, ya que ella se movía libremente con todas las iglesias, desde pentecostales hasta católicas. Ninguna denominación cerraba las puertas al ministerio de Kathryn Kuhlman. Ella se negaba a integrar denominación alguna y no daba crédito por su ministerio a ningún grupo, sólo a Dios.

Cuando Kathryn era adolescente, su madre enseñaba en las reuniones de jóvenes de la Iglesia Metodista. Una vecina dijo que la señora Kuhlman era "una excelente maestra de la Biblia, y Kathryn, sus hermanas y su hermano deben de haber recibido muy buena enseñanza y formación en su hogar". La vecina también mencionó que escuchaba a alguien que tocaba el piano por las noches en la casa de los Kuhlman, y alguien que cantaba.

A pesar de ser considerada "una excelente maestra" del grupo de jóvenes de su iglesia, aparentemente la madre de Kathryn no nació de nuevo sino hasta 1935, en una de las reuniones que su hija realizó en Denver, Colorado.

Kathryn había invitado a su madre a la campaña. Después de terminada la primera reunión, la evangelista fue al cuarto de oración, situado detrás del púlpito, para orar por aquellos que habían respondido a la invitación. Unos pocos minutos después su madre entró en ese mismo cuarto y dijo que quería conocer a Jesús como Kathryn lo conocía.

Kathryn, embargada por la emoción, extendió su mano posándola sobre la cabeza de su mamá. En el preciso instante en que los dedos de su hija la tocaron, la mamá comenzó a temblar y a llorar, en la misma forma en que Kathryn lo había hecho a los catorce años, junto a ella, en la pequeña Iglesia Metodista de Concordia. Pero esta vez había algo más. Emma levantó la cabeza y comenzó a hablar, lentamente al principio, y luego más rápido. Pero las palabras no eran en inglés: los sonidos, audibles y melodiosos, pertenecían a una lengua desconocida.
"Kathryn cayó de rodillas junto a ella llorando y riendo al mismo tiempo... Cuando Emma abrió los ojos, le echó los brazos a Kathryn y la abrazó fuertemente. Era la primera vez que su madre la abrazaba. "
La señora Kuhlman no durmió durante tres días y dos noches después de lo sucedido. Era una nueva persona, y durante el resto de su vida en Concordia, Emma Kuhlman tuvo una maravillosa y dulce comunión con el Espíritu Santo.

LA DONCELLA EVANGELISTA

Una característica de aquellos que Dios usa en gran manera es que están dispuestos a dejarlo todo y seguir su dirección. En 1913, la hermana mayor de Kathryn, Myrtle, se casó con un joven y apuesto evangelista que estaba terminando sus estudios en el Instituto Bíblico Moody  Myrtle y Everett Parrott comenzaron un ministerio como evangelistas itinerantes. Aproximadamente diez años más tarde, en 1924, Myrtle y Kathryn persuadieron a sus padres de que la voluntad de Dios era que Kathryn viajara con ellos.

En ese momento, los Parrott tenían su base en Oregon. Habían conocido a un renombrado maestro y evangelista, el Dr. Charles S. Price, quien tenía un ministerio de sanidad y les enseñó sobre el bautismo en el Espíritu Santo. Sin embargo, a pesar esta maravillosa experiencia, el matrimonio de Myrtle y su esposo no era feliz, y ahora los problemas económicos agregaban tensión a la relación. 

En ese momento, hubiera sido fácil para Kathryn tener compasión por sí misma. Pero por el contrario, se ocupó de trabajar en la casa, haciéndose cargo del lavado, los lunes, y del planchado, los martes.

UNA PORCIÓN DE SU CARÁCTER

Durante este tiempo, además de aprender a tener paciencia en la adversidad, Kathryn también aprendió a no ceder ante la autoconmiseración.

Años después, muchos de sus mensajes surgirían de su propio crecimiento espiritual en estas áreas. La autoconmiseración y el egocentrismo, para Kathryn, eran una misma cosa. Obviamente, desde su adolescencia, decidió no permitir que ninguna de estas dos características tendrían lugar en su vida, sin importar lo que le sucediera.
"Ten cuidado de la persona, ya sea miembro de tu familia, o compañero de trabajo, o empleado tuyo, que no puede decir: "Lo siento". Encontrarás que esa persona es muy egocéntrica.
"Esta es la razón por la que me has oído decir diez mil veces que la única persona a la que Jesús no puede ayudar, la única persona para la que no hay perdón de pecados es aquella que no puede decir: "Me arrepiento de mis pecados". (...) Una persona tan egocéntrica generalmente atrae hacia sí las enfermedades como si fueran un imán".
Kathryn aprendió temprano en su vida que el egocentrismo, junto con los demás pecados del "yo", la auto indulgencia, la compasión por si mismo, o incluso el odio a uno mismo, hacen que una persona se juzgue o se condene a sí misma, y eso es obstáculo para la obra del Espíritu Santo en su vida.

Ella siempre decía que cualquiera puede tener al Espíritu Santo obrando en su vida... si está dispuesto a pagar el precio.

Nunca se paga el precio una sola vez. Es algo que comienza con un compromiso inicial y un acto de decisión de seguir a Dios cada día de tu vida.

Hubo muchos momentos y lugares en que Kathryn podría haber elegido no someterse a la corrección del Espíritu Santo. Pero, afortunadamente para el cuerpo de Cristo en la actualidad, ella tomó las decisiones correctas y es un ejemplo que podemos seguir.

"NO QUEDA NADA PARA PREDICAR"

Kathryn pasó cinco años con su hermana y su cuñado, preparando lo que sería la base de su propio ministerio. Trabajaba en la casa para aliviar cualquier carga que su presencia pudiera significar, y pasaba muchas horas leyendo y estudiando la Palabra.

En 1928, los Parrott llegaron a Boise, Idaho. Para este entonces habían adquirido una carpa y tenían una pianista llamada Helen Gulliford. Pero sus problemas maritales habían aumentado, por lo que Everett siguió hacia Dakota del Sur, mientras Myrtle, Kathryn y Helen se quedaron para tener las reuniones en Boise.

Después de dos semanas, las ofrendas ni siquiera alcanzaban para pagar el alquiler del lugar, ni el pequeño apartamento donde se alojaban, ni para comprar comida. Las tres mujeres vivían a pan y atún.

Myrtle creía que su única salida era reunirse con su esposo; pero Helen y Kathryn no veían ninguna esperanza para el futuro si continuaban viajando con los Parrott. Así que, como Pablo y Bernabé en la iglesia del Nuevo Testamento, decidieron separarse. Un pastor de Boise les ofreció la posibilidad de predicar en un pequeño salón de billar que había sido reacondicionado para servir como salón de reuniones.

Ese fue el comienzo del "Ministerio Kathryn Kuhlman". Luego de predicar en esa obra misionera, fueron hacia Pocatello, Idaho, donde Kathryn predicó en un viejo teatro de ópera. El edificio estaba muy sucio y debía ser limpiado antes que pudieran usarlo. Podemos imaginar quién hizo la limpieza... ¡la evangelista, naturalmente!

Después fueron a Twin Falls, Idaho, en medio del más crudo invierno. Allí Kathryn resbaló sobre el hielo y se rompió la pierna. Aunque el médico le había dicho que no apoyara el pie en tierra durante dos semanas, Kathryn insistió en predicar enyesada Ella nunca permitió que su carne interfiriera en su cumplimiento de la voluntad de Dios.

Cierta vez, Kathryn dijo:
"Desde el primer sermón que prediqué en Idaho (Zaqueo subido al árbol, y Dios sabe que si había alguien subido a un árbol, era yo), supe sólo una cosa: estaba entregada a las cosas de Dios. Jesús era real para mí. Mi corazón estaba decidido".
Con gran sentido del humor, contaba que después de predicar cuatro o cinco sermones, "...me preguntaba: "¿Sobre qué más puedo predicar? No hay nada más en la Biblia. Ya agoté toda la provisión de sermones. Realmente no se me ocurre ningún otro tema sobre el que pueda predicar".

UNA JOVEN FUERTE DURMIENDO EN EL GALLINERO

Muchas veces, durante esos primeros años, las comodidades eran "escasas", por decirlo de alguna manera. En cierta ocasión, la familia con quien debía alojarse no tenía ningún cuarto donde ella pudiera dormir, así que tuvieron que acondicionar el gallinero. Kathryn solía decir que ella hubiera dormido sobre una parva de paja, tan grande era su necesidad de predicar. Años después comentaría, riendo, que algunas veces cerraba con llave la puerta para no dejar salir a la gente hasta asegurarse de que todos habían sido salvados. Era una broma, por supuesto; pero lo que era cierto era que se quedaba junto al púlpito hasta la madrugada y oraba con cualquier persona que se hubiera quedado dando vueltas por allí.

Otros lugares donde Kathryn se alojó quizá hayan sido más limpios que aquel gallinero, pero no estaban mejor calefaccionados. En aquella época, los cuartos de huéspedes no tenían calefacción. Años más tarde, Kathryn recordaría que solía acurrucarse bajo una pila de mantas hasta calentar la cama. Cuando lo lograba, se ponía boca abajo y estudiaba la Palabra durante horas.

Su corazón estaba totalmente entregado al Señor. Ese fue el secreto de su ministerio. Su corazón estaba "fijo" en Jesús. Estaba decidida a serle fiel a él y a no contristar al Espíritu Santo.

En estos primeros años de su ministerio, podemos ver dos características que Kathryn desarrolló: dedicación y fidelidad a Dios y a su pueblo. Kathryn creció y extendió su entendimiento espiritual a partir de ese fundamento básico de carácter que desarrolló muy tempranamente en su vida.

SU LEALTAD

¿Qué es lo que mantiene a una persona dedicada a su llamado? La respuesta de Kathryn era: "su lealtad".
"La palabra lealtad tiene muy poco significado en la actuálidad, porque se la practica muy poco la lealtad es algo intangible. Es como el amor. Sólo se la puede entender al verla en acción.... El amor es algo que se hace, y eso también se aplica a la lealtad. Significa fidelidad. Significa compromiso. Significa devoción."...Mi corazón está decidido. Voy a ser leal al Señor, a cualquier costo, a cualquier precio.." La lealtad es mucho más que un interés casual en alguien o algo. Es un compromiso personal. En un análisis final, significa: "Aquí estoy. Puedes contar conmigo. No te fallaré".
En otras palabras, la verdadera lealtad, para quienes son llamados al ministerio, se expresa en la decisión de no desviarse jamás del llamado de Dios. No agregar a él, ni quitarle; sólo hacerlo. Según Kathryn, cuando alguien comienza a hacer las cosas a su manera, pasa de ser leal a Dios a ser leal a sí mismo.

"QUIERO QUE SEA GRANDE"

Después de predicar en todo Idaho, Kathryn y Helen fueron hacia Colorado. Luego de una campaña de seis meses en Pueblo, llegaron a Denver. Un hombre de negocios, Earl F. Hewitt, se había unido a ella en Pueblo, como administrador del ministerio. En ese año, 1933, la Depresión estaba en su punto más alto; los negocios cerraban, millones de personas quedaban sin trabajo, y las iglesias luchaban por permanecer abiertas.

Kathryn era una evangelista itinerante sin ninguna organización denominacional que la apoyara, pero creía firmemente en un Dios grande, cuyos recursos no tenían límites. Ella creía que si servimos a un Dios de recursos limitados, entonces estamos sirviendo al dios equivocado. Kathryn vivía por el principio de fe y confiaba en Dios.

Por eso dijo a Hewitt que fuera a Denver y actuara como si tuvieran un millón de dólares. Cuando él le indicó que en realidad sólo tenían cinco dólares, Kathryn contestó:
"El [Dios] no depende de lo que poseemos o de lo que somos....ciertamente puede obrar un milagro semejante al de los panes y los pescados, y multiplicar nuestros cinco dólares... Ahora, ve a Denver. Alquila el edificio más grande que encuentres. Consigue el mejor piano disponible para Helen. Llena el local de sillas. Manda a publicar un anuncio grande en el Denver Post y haz propaganda por radio, en todas las emisoras. Este es el negocio de Dios, y vamos a hacerlo a su manera: ¡A lo grande!"

Hewitt le tomó la palabra y siguió sus instrucciones. El lugar había sido un depósito de la compañía Montgomery Ward. Las reuniones se prolongaron por cinco meses, durante los cuales se mudaron a otro depósito. La primera noche asistieron ciento veinticinco personas; la segunda noche, más de cuatrocientas. A partir de entonces, el depósito comenzó a llenarse por completo todas las noches. Después de cinco meses, Kathryn anunció que la campaña había terminado, pero las personas no querían saber nada de eso. Un hombre se ofreció a dar un adelanto para un edificio que pudieran usar en forma permanente y que tuviera un gran cartel de neón que diría: "La oración cambia las cosas".

La gente tenía hambre de la Palabra de Dios. Pero el mensaje principal de Kathryn en esos años era de el de salvación. Algunas veces había pastores que nacían de nuevo al responder a su invitación a recibir a Jesucristo como Salvador y Señor. El ministerio de Kathryn era de fe y esperanza. Durante este tiempo, Helen había formado un coro de cien voces y componía gran parte de la música que cantaban.

Dado que la respuesta a su ministerio era tan grande, Kathryn accedió a quedarse en Denver. Todo parecía perfecto, así que comenzaron a buscar un edificio para establecerse en forma permanente. Pero entonces, repentinamente, de la nada, llegó el golpe de la tragedia.


PAPÁ SE HA IDO

Kathryn experimentó el primer trauma real de su vida a fines de diciembre de 1934, cuando su amado padre murió en un accidente. Mucho después supo que él había caído en una calle cubierta de hielo, y lo había atropellado un auto que intentó girar para no golpearlo en medio de una tormenta de nieve.

Debido a la tormenta, sólo horas después un amigo pudo comunicarse con Kathryn en Colorado. Al recibir la noticia de que su padre estaba al borde de la muerte, inició el viaje hacia la casa de sus padres, en medio de la tormenta, conduciendo desde Denver, cruzando el estado de Kansas hacia Misuri. Kathryn decía que sólo Dios sabe a qué velocidad condujo sobre esas rutas cubiertas de hielo, con una visibilidad cercana a cero.

El 30 de diciembre, Kathryn llegó a la ciudad de Kansas, y llamó a su casa para hacer saber a su padre que estaba a punto de llegar... pero le avisaron que él había muerto esa mañana, muy temprano.

Kathryn llegó a tiempo para ver a su padre en el ataúd, en el living de la casa, velado por sus seres queridos. El trauma fue casi más de lo que ella podía soportar. En ese momento sintió brotar de su interior un profundo odio por el joven que había atropellado a su padre.
"Yo siempre había sido una persona feliz, y papá me había ayudado a ser así. Ahora él se había ido, y en vez de ser feliz, yo batallaba contra dos extraños que me asaltaban: el odio y el miedo.
"Yo tuve el padre más perfecto que pueda tener una niña. Papá no hacía nada mal. Él era mi ideal" .
Ella había estado fuera de su casa durante más de diez años, con sólo unas breves visitas en el intermedio. Ahora su papá jamás podría escucharla predicar. Más tarde, Kathryn relató que el odio contra el joven que había matado a su padre comenzó a acumularse en su interior, y que "escupió veneno" con todas las personas con las que hablaba... hasta el día del funeral.
"Allí, sentada en el primer banco de la pequeña Iglesia Bautista, yo seguía negándome a la muerte de mi padre. No podía ser... uno por uno, los miembros de mi familia se levantaron de sus asientos y se acercaron al ataúd.
Mamá, mis dos hermanas, mi hermano. Sólo yo quedé sentada en el banco. "El que había dirigido la ceremonia se acercó y me dijo: "Kathryn, ¿quieres ver a tu padre antes que cierre el ataúd?"
"De repente me encontré adelante, mirando hacia abajo, con los ojos fijos, no en el rostro de papá, sino en su hombro, ese hombro en el que tantas veces me había apoyado... Me incliné suavemente y puse mi mano sobre ese hombro que estaba dentro del ataúd, y cuando lo hice, algo sucedió. Lo único que mis dedos acariciaron fue un pedazo de tela....todo lo que esa caja contenía era algo descartado, que alguna vez había amado, y que ahora quedaba de lado. Papá no estaba ahí. "...Esa fue, verdaderamente, la primera vez que el poder del Cristo vivo y resucitado se manifestó a través de mí. Repentinamente, ya no sentía más temor de la muerte; y al tiempo que desaparecía mi temor, también desaparecía mi odio. Papá no estaba muerto. Estaba vivo".

RENOVADA Y SONRIENDO

Kathryn regresó a Denver con un nuevo entendimiento y una nueva compasión. Encontraron un edificio, y comenzaron los trabajos de acondicionamiento en febrero de 1935. El 30 de mayo de ese año, se abrió el Tabernáculo del Avivamiento de Denver, con el enorme cartel de neón que le habían prometido: "LA ORACIÓN CAMBIA LAS COSAS". El auditorio tenía capacidad para dos mil personas sentadas, y el cartel con el nombre del Tabernáculo se veía a gran distancia. Durante los siguientes cuatro años, miles de personas asistieron a sus reuniones. Se realizaban cultos todas las noches, excepto los lunes.

El tabernáculo pronto se convirtió en una iglesia organizada, pero no estaba afiliado a ninguna denominación. Finalmente se inició una escuela dominical y comenzaron a utilizarse autobuses para traer la gente a los cultos. Se hacía tarea evangelística en los hogares de ancianos y en las cárceles. Luego, Kathryn inició un programa de radio llamado "Sonriendo".

En 1936, muchos músicos y predicadores ministraron en el Tabernáculo del Avivamiento de Denver. Uno de ellos era Raymond T. Richey, un prominente evangelista, que pasó tres semanas en la iglesia. Richey había sido un pionero de las primeras campañas de sanidad en los Estados Unidos.

Kathryn dijo que la muerte de su padre había sido "el valle más profundo" que debió cruzar; pero pronto viviría otra experiencia que llegaría a ser un valle casi tan profundo como aquél

EL PASO EN FALSO


En 1935, un predicador llamado Burroughs A. Waltrip, de Austin, Texas, fue invitado a predicar en el Tabernáculo. Era un hombre extremadamente apuesto, ocho años mayor que Kathryn. Pronto ambos descubrieron que había una atracción entre ellos.

El único problema era que este hombre estaba casado y tenía dos hijos pequeños. Kathryn aparentemente ignoró las señales del Espíritu Santo en su interior, que le indicaban que esta relación era un error.

Poco después de su primera visita a Denver, Waltrip se divorció de su primera esposa y dijo a todos que ella lo había abandonado. Pero su ex esposa, Jessie, dijo que Waltrip creía que si una persona no amaba a su cónyuge en el momento de casarse, no había pacto alguno entre ambos, lo cual hacía que pudieran divorciarse y casarse con otro.

Después de dejar a su esposa, Waltrip nunca regresó a ella, y sus dos hijitos jamás volvieron a ver a su padre.

EL ERROR

Después de dejar a su familia, Waltrip se mudó a Masan City, Iowa,  presentándose como un hombre soltero, e inició un centro evangelístico llamado Radio Chapel. Se lo conocía como un evangelista dramático y sensacionalista, y comenzó a emitir diariamente desde la Capilla, Kathryn y Helen fueron allí para ayudarlo a reunir fondos para su ministerio.

Pronto, la relación romántica entre Kathryn y Waltrip, a quien ella llamaba "Mister" se hizo pública. He1en y otros amigos de Denver trataron de persuadir a Kathryn de que no se casara con el apuesto evangelista, pero ella insistía en que su esposa lo había dejado, lo cual lo hacía libre para casarse nuevamente.

Debe destacarse que los detalles de la separación de Waltrip de su esposa y el momento en que se involucró con Kathryn no fueron claros.

Quienes amaban y apreciaban el ministerio de Kathryn no hablaban sobre ello. Obviamente, sentían que Dios la había perdonado por los errores que cometiera en esta relación, por lo cual los detalles no eran de importancia.

El 16 de octubre de 1938, Kathryn anunció a su congregación de Denver que planeaba unirse al ministerio de "Mister" en Masan City, Iowa. Dos días más tarde, el 18 de octubre, casi dieciséis meses después del divorcio de Waltrip, Kathryn y Burroughs se casaron secretamente en Masan City.

¿CUAL ES EL PROBLEMA?

Quisiera dejar algo en claro aquí. El divorcio no era el problema. Naturalmente, lo es para las personas religiosas y sus denominaciones farisaicas, pero no es un problema para Dios. Según el Nuevo Testamento, hay dos razones bíblicas para divorciarse. Una es que un cónyuge practique repetidamente actos inmorales. Y la otra es cuando un cónyuge abandona el matrimonio. Si alguna de estas dos cosas le sucede a una persona, entonces ella es libre delante de Dios, y su nuevo matrimonio cuenta con la bendición del Señor. Si has tomado una decisión que no estaba de acuerdo con la Palabra de Dios, en lo relativo al divorcio, hay perdón y restauración, y un principio nuevo y limpio para ti. Las personas farisaicas, y algunas denominaciones, quizá no te den un nuevo comienzo, pero Dios puede ayudarte, si le buscas a él.

Kathryn se encontró en una situación en la que había actuando espíritus mentirosos y engañosos. Waltrip dejó a su esposa en Texas y se divorció de ella, lo cual fue su primer error. Después trató de cubrir su comportamiento adoptando una doctrina engañosa, y mintió al respecto a quienes le rodeaban. ¡El matrimonio Kuhlman-Waltrip fue totalmente equivocado desde el principio! 

CASI LO HIZO...

Kathryn decidió creer la historia que Waltrip contaba, diciendo que su esposa lo había dejado. Pero mientras preparaban la boda, su corazón estaba constantemente turbado. No tenía paz en su espíritu.

La mayoría de la gente dice que "Mister" no amaba a Kathryn en absoluto. Lo que amaba era su capacidad para atraer multitudes y reunir fondos. Este hombre era bien conocido por su codicia y su estilo de vida extravagante. Cuando se casó con Kathryn, personas de ocho estados lo perseguían para cobrarle deudas.

Aun la madre de "Mister" rogó a Kathryn que no se casara con su hijo. Tenía esperanzas de que su hijo recobrara el sentido común y regresara con su esposa y sus hijos. Podemos preguntarnos, entonces, ¿por qué Kathryn siguió adelante con el matrimonio?

Antes de la fecha decidida para el matrimonio en Masan City, Kathryn comentó el tema con sus amigas, Lottie Anthony y Helen.
Lottie recuerda que Kathryn dijo: "Es que no logro encontrar la voluntad de Dios sobre este tema". Las mujeres trataron de convencer a Kathryn de que esperara y buscara tener paz en Dios. Pero ella no las escuchó.

Cuando las tres mujeres llegaron a Des Moines, camino a Masan City, Helen anunció a su amiga que no apoyaría ese acto, y se quedó en el hotel. Lottie estuvo de acuerdo con Helen, y también se negó a asistir al casamiento.

Pero Kathryn encontró a otra amiga que fuera testigo del casamiento entre ella y Waltrip. Durante la ceremonia, Kathryn se desmayó. Waltrip ayudó a revivirla para que pudiera terminar de decir sus votos. La decisión deliberada de salirse de la voluntad de Dios obviamente era una pesada carga para ella.

Cuando los recién casados regresaron a Des Moines después de la ceremonia, Kathryn hizo algo extraño. Después de registrarse en el hotel, se negó a quedarse con su nuevo esposo. Su amiga Lottie Anthony dice que ella se metió en el auto y se dirigió hacia el hotel donde ella y Helen se hospedaban.

Kathryn se quedó en el cuarto de sus amigas, llorando y admitiendo que había cometido un error al casarse, y que pediría la anulación del matrimonio. Lottie entonces llamó a Waltrip para informarle lo que Kathryn deseaba hacer. Mientras Waltrip se quejaba de perder a su esposa, Lottie exclamó: "Por empezar, ella nunca fue suya"

Las tres mujeres salieron de Des Moines, esperando explicar la situación a la congregación en Denver. Pero la congregación no les dio ninguna oportunidad. Estaban furiosos con Kathryn por tomar la situación tan a la ligera y por haberse casado en secreto. Lottie dijo que la congregación de Denver "empujó [a Kathryn] de vuelta en los brazos de Waltrip".

SUEÑOS DESTROZADOS

La obra que Kathryn había construido tan diligentemente durante los cinco años anteriores se desintegró con rapidez. Hewitt compró su parte del edificio; Helen se fue a ayudar en una pequeña obra en Denver.

Las ovejas se dispersaron. Debido a su terrible error, Kathryn perdió su iglesia, sus amigas más cercanas y su ministerio. Aun su relación con Dios sufrió, porque ella puso a "Mister" y sus deseos por encima de su pasión por Dios.

Kathryn Kuhlman, la mujer que algunos habían adorado como "perfecta madonna" era, en realidad, un ser humano sujeto a tentaciones. Ella fue una gran mujer de Dios, pero lo que la hizo grande fue la decisión de actuar para recuperarse de su error. A pesar de las miradas, los comentarios y el rechazo generalizado, necesitó una gran fe y una determinación tenaz para restaurar su ministerio.

Se dice que sus propios errores fueron el origen de la gran revelación que se percibe en sus sermones sobre la tentación, el perdón y la victoria. Pero esta revelación no se produjo de un día para otro. Kathryn pasó los siguientes ocho años en completo anonimato en lo que al gran ministerio se refiere. Seis años duró el matrimonio, y durante los dos siguientes, ella estuvo tratando de encontrar el caminop de vuelta al ministerio de tiempo completo. Algunos amigos que viajaron a Masan City durante el año que Kathryn vivió allí, comentaron que ella solía sentarse en la plataforma detrás de su esposo y llorar mientras él predicaba.

Cuando la gente de Mason City se enteró de que Waltrip había mentido sobre su primer matrimonio, dejaron de asistir a las reuniones, y Radio Chapel debió cerrar poco después. Las pocas veces que Waltrip dejó ministrar sola a Kathryn fue en lugares donde nadie sabía que ella era casada. Al menos una vez, una serie de reuniones fue cancelada a último momento cuando alguien de la congregación le comentó al pastor que ella estaba casada con un hombre divorciado.

EL DOLOR DE MORIR

Kathryn dejó a Waltrip en 1944, mientras vivían en Los Ángeles, pero él no pidió el divorcio hasta 1947. En una de las raras ocasiones en que habló sobre estos años y sobre lo que había sucedido, Kathryn comentó:
"Tuve que escoger entre el hombre a quien quería y el Dios a quien amaba. Sabía que no podía servir a Dios y vivir con Mister al mismo tiempo. ...no creo que nadie pueda experimentar un dolor tan profundo como el mío; era la agonía de morir, porque lo amaba más que a la vida misma. Inclusive, durante algún tiempo, lo quise más que a Dios. Finalmente le dije que tenía que marcharme. Dios nunca me había relevado de aquel llamado original. Durante el tiempo que vivimos juntos, mi conciencia me atormentaba y la reprensión del Espíritu Santo era tal, que resultaba casi intolerable. Ya estaba cansada de tratar de justificarme".
En una de sus últimas apariciones, durante una conferencia, en el momento dedicado a preguntas y respuestas, un joven del público le preguntó cómo había enfrentado su "muerte". Él la había oído hablar de esta muerte varias veces.
Ella respondió:
"Fue a través de una gran desilusión, y me sentí como si todo mi mundo se hubiera acabado. Sabes, no es lo que te pasa, sino lo que haces con eso después que pasa. Y esto nos lleva nuevamente a la voluntad de Dios.
"En ese momento, sentí que lo que me había sucedido era la tragedia más grande de mi vida. Pensé que jamás podría levantarme otra vez, jamás, jamás. Nunca nadie sabrá, si no ha muerto, de qué estoy hablando.... Hoy creo que fue parte de la perfecta voluntad de Dios para mi vida". 
Kathryn comentó varias veces cuánto había sufrido por amor al ministerio. Pero en realidad, también hubo otras personas que sufrieron. Hubo una esposa que fue abandonada en Texas con dos niños pequeños, sin poder explicarles por qué jamás volverían a ver a su padre. Esta dura prueba trajo gran dolor a todas las personas que conocían y amaban a la pareja. 

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA

Pero a partir del momento en que tomó su decisión, Kathryn nunca se apartó del llamado de su vida, nunca se desvió de la senda que Dios había trazado para ella, y nunca más volvió a ver a "Mister". Compró un boleto de ida a Franklin, Pensilvania, y jamás regresó.

Fue totalmente restaurada en su vida con Dios. Aunque este fue un tiempo difícil para ella, las bendiciones de Dios pronto la siguieron. Pero el destino que siguió Waltrip no se conoce con exactitud. Simplemente desapareció de la vista, y ni siquiera se puso en contacto con su familia. Según su ex esposa Jessie, años después, su hermano, James Waltrip, descubrió, tristemente, que Burroughs finalmente había muerto en una prisión de California, donde cumplía una condena por robar dinero a una mujer.

FUERA DE LA CUEVA

Nadie jamás supo por qué Kathryn eligió Franklin para su "regreso". Franklin era una ciudad ubicada en la zona de las minas de carbón de Pensilvania, colonizada por inmigrantes alemanes. Quizá Kathryn se sintió "como en casa" allí. Quizá fue porque en ese lugar la aceptaban. Cualquiera fuera la razón, funcionó.

De allí pasó por los estados del centro-oeste y luego fue hacia el sur, y luego a Virginia occidental, Virginia y las Carolinas. En algunos lugares era aceptada rápidamente. En otros, su pasado salía rápidamente a la superficie y las reuniones se cancelaban. En Georgia, un periódico se enteró de la historia de su casamiento con un hombre divorciado y la publicó. Entonces Kathryn tomó nuevamente un autobús hacia Franklin.

Cualquiera fuera la razón, en 1946, Kathryn salió del "desierto" y entró en la "Tierra Prometida"de su verdadero ministerio. Después de una gira poco exitosa por el sur, fue invitada a realizar una serie de reuniones en el Gospel Tabernacle ubicado en Franklin, Pensilvania. El Tabernáculo había sido famoso desde que Billy Sunday predicara allí. Y las reuniones de allí fueron tan gloriosas como si los últimos ocho años jamás hubieran existido.

LAS MUCHAS VOCES

Poco después de iniciar sus reuniones en el tabernáculo, comenzó un programa diario en la radio WKRZ en Oil City, Pensilvania. A los pocos meses, la respuesta de la gente era tal, que sumó otra estación en Pittsburgh.

Repentinamente, en lugar de que las personas la acosaran, Kathryn se vio inundada de correspondencia; la estación de Oil City finalmente debió prohibir a las personas que entraran al estudio, porque no se podía trabajar.

La Segunda Guerra Mundial acababa de terminar y muchas cosas escaseaban aún; pero la estación se llenó de medias de nailon después de que Kathryn mencionara en el aire que se le había corrido el último par que tenía.

En esta época del fin de la guerra, el Espíritu Santo se movía para restaurar al cuerpo de Cristo por medio del don de la sanidad. Las grandes campañas de sanidad estaban al orden del día, y grandes sanidades se producían a través de los ministerios de hombres como Oral Roberts, William Branham y el ya fallecido Jack Coe. Gordon Lindsay, fundador de la revista The Voice of Healing (La voz de sanidad), y del Instituto Cristo para las Naciones, publicaba las noticias de estas grandes campañas en su revista.

En ese momento Kathryn aún oraba principalmente para que las personas fueran salvas. Pero también comenzó a orar e imponer las manos a quienes necesitaban sanidad. Aunque no le agradaba que la consideraran una de los que "sanaba por fe", comenzó a asistir a las reuniones de estos ministros, para averiguar más sobre este fenómeno de Dios. No tenía la más mínima idea de que esta área del ministerio le daría fama internacional.

Después de observar las diversas campañas, Kathryn salía de ellas con mayor entendimiento. Aunque siempre tuvo preguntas sin respuesta sobre la sanidad divina, estableció un patrón pára su ministerio:
"En los comienzos de mi ministerio, me perturbaban en gran manera muchas cosas que veía que sucedían en el campo de las sanidades divinas. Me confundían muchos de los métodos que vi que se empleaban. Me disgustaban las formas poco sabias de actuar que veía, ninguna de las cuales podía yo asociar con la acción del Espíritu Santo o la naturaleza de Dios. "...Y hasta el día de hoy, no hay nada que me sea más repulsivo que la falta de sabiduría... Hay algo que no puedo soportar, y es el fanatismo; las manifestaciones de la carne que traen reprobación sobre algo que es tan maravilloso y sagrado".
Kathryn continuó hablando de las cosas que había visto en estas reuniones, y que le habían hecho doler el corazón. Durante el resto de su vida, continuó exhortando a las personas a concentrarse en Jesús y en nadie más. Después de asistir a una reunión en Erie, Pensilvania, dijo:
"Comencé a llorar. Era un llanto incontrolable. Las miradas de desesperación y decepción que vi reflejadas en aquellos rostros, cuando les indicaron que su falta de fe los apartaba de Dios, me atormentaron durante muchas semanas. ¿Era este el Dios tan misericordioso y compasivo? Abandoné la carpa llorando de indignación y levantando los ojos al cielo, exclamé: "¡Se han llevado a mi Señor y no sé dónde le han puesto!
Es interesante notar que Kathryn Kuhlman decidió no asociar su ministerio con la publicación de Gordon Lindsay, La voz de sanidad. La publicación era la promoción preferida por los evangelistas de la sanidad de esa época, y Kathryn prefirió no ser parte de ella. Muchos de estos evangelistas eran sinceros y honestos, pero otros se dieron al sensacionalismo y utilizaban métodos cuestionables en su ministerio.

AQUÍ VIENEN LOS MILAGROS

El momento en que Kathryn vio en la Palabra de Dios que había sanidad para el creyente al mismo tiempo que salvación, fue también el momento en que comenzó a comprender la relación del cristiano con el Espíritu Santo. En 1947, Kathryn comenzó a enseñar varias lecciones sobre el Espíritu Santo en las reuniones del Tabernáculo.

Algunas de las cosas que dijo la primera noche fueron revelaciones hasta para ella misma. Más tarde relató que estuvo levantada toda la noche, orando y leyendo más de la Palabra.

La segunda noche fue una ocasión muy especial. Una persona dio testimonio diciendo que había sido sanada en una reunión de Kathryn Kuhlman. Una mujer se puso en pie y testificó que había sido sanada mientras Kathryn predicaba la noche anterior. Sin imposición de manos, sin que Kathryn siquiera supiera lo que estaba sucediendo, esta mujer había sido sanada de un tumor. Había ido al médico ese mismo día, para confirmar su sanidad, antes de asistir al culto vespertino.

Al domingo siguiente se produjo el segundo milagro. Un veterano de la Primera Guerra Mundial que había sido declarado legalmente ciego después de un accidente industrial recibió el 85% de la visión del ojo que tenía afectado en forma permanente, y visión completa en el otro ojo.

TIBURONES, COMISARIOS Y GLORIA

Una vez que comenzaron las sanidades y los milagros, las multitudes que Kathryn atraía al Tabernáculo eran aún mayores que las de Billy Sunday. Dios comenzó a prosperar el ministerio en gran manera, pero los adversarios movidos por el diablo también se infiltraron, tratando de socavar la obra y el fluir del Espíritu Santo en el ministerio de Kathryn.

El ataque vino de parte de M. J. Maloney y otros que estaban en la junta directiva del Tabernáculo. Maloney insistía en que, según el contrato, tenía que recibir un porcentaje determinado de todos los ingresos del ministerio, incluyendo aquellos obtenidos por medio del ministerio radial y de la propaganda postal. Kathryn no accedió a sus exigencias. Maloney la amenazó con entablar una demanda legal.

El "espectáculo" se produjo cuando Maloney cerró con candado el edificio, impidiendo entrar a Kathryn. Luego se inició una pelea entre los seguidores de Kathryn, que eran mineros, y los hombres de Maloney, que culminó con los mineros rompiendo los candados para que los cultos pudieran continuar. La confrontación terminó cuando la gente de Kathryn reunió $ 10.000 Ycompró una vieja pista de patinaje sobre hielo y abrió un nuevo tabernáculo, el Templo de la Fe, en las cercanías de Sugar Creek. Era el doble de grande que el edificio de Maloney y estuvo repleto de gente desde el primer culto.

Irónicamente, durante estos días cruciales y agitados de 1947, sucedió otra cosa sorprendente. Una noche, Kathryn escuchó un golpe en la puerta. Cuando abrió, se encontró con el comisario vestido en ropa de civil. Venía a decirle que "Mister" había iniciado una demanda de divorcio en Nevada, y que esa mañana su oficina había recibido los papeles, en los que ella figuraba como demandada.

Kathryn bajó la vista y vio los papeles en la mano del comisario. No levantó la cabeza. Comprendiendo su pena y su vergüenza, el hombre la tocó en el brazo, ya que había estado asistiendo a los cultos de Kathryn y sabía que ella había sido enviada por Dios a ese lugar.

Sabiendo que las demandas de divorcio que incluían nombres de personas famosas muchas veces se entregaban a la prensa para ser publicados, el comisario se aseguró de que los papeles quedaran bien guardados para poder entregarlos personalmente.

Además, el comisario aseguró a Kathryn que nadie, excepto ellos dos, sabría jamás de esa acción legal. Ella le respondió que le estaría agradecida por el resto de su vida. La bondad de este hombre evitó a Kathryn un terrible dolor. Siete años más tarde, los reporteros finalmente se enteraron del divorcio.

Pero para ese entonces, ya el ministerio de Kathryn estaba tan extendido que no podía ser afectado por viejas noticias. Los cultos continuaron realizándose en la renovada pista de hielo y se extendieron a las ciudades vecinas, y al Auditorio Stambaugh en Youngstown, Ohio. El Espíritu Santo había encontrado un ministerio que no se trataría de quitarle la gloria por lo que él hacía ni por los resultados de su obrar.

Una ex secretaria recordó:
"La señorita Kuhlman era tan sensible a Dios... Yo estaba en el Tabernáculo después de un culto, y podía ver dentro del salón de radio. Allí, la señorita Kuhlman, sin darse cuenta de que alguien podía verla, estaba de rodillas, alabando a Dios por el culto".
A medida que su ministerio se desarrollaba, Kathryn comenzó a poner menos énfasis en la fe, y más en la soberanía del Espíritu Santo. En sus reuniones no había tarjetas de oración, ni carpas para los inválidos, ni largas filas de personas enfermas esperando que ella les impusiera las manos. Kathryn nunca acusó a los que no recibían sanidad de ser débiles en la fe. Parecía que las sanidades se producían en todo el auditorio mientras la gente estaba simplemente en sus asientos, concentrados en Jesús, mirando al cielo.

EL TECHO SE CAYÓ ...!!!

En su primera reunión en el Carnegie Hall, en Pittsburgh, el custodio le dijo que ni siquiera las estrellas de la ópera podían llenarlo. Pero ella insistió en que pusieran suficientes sillas para llenar el auditorio. Fue bueno que lo hiciera, porque todas las sillas fueron ocupadas.

El primer culto fue una tarde, y el salón estaba atestado de gente. Esa misma noche se realizó un nuevo culto para dar lugar a la multitud. Jimmy Miller y Charles Beebee ministraron en música en estos cultos, y continuaron ministrando con Kathryn hasta el final.

El ministerio radial se expandió, y para noviembre de 1950, la gente comenzó a insistir para que Kathryn se mudara a Pittsburgh en forma permanente. Hasta Maggie Hartner, la mujer que se convertiría en su "brazo derecho", insistió para que se mudaran. Kathryn se rehusaba, queriendo ser fiel a la gente de Franklin que la había apoyado y había estado a su lado, quienes la habían aceptado y amado cuando nadie más la quería. 

Pero una señal del cielo finalmente convenció a Kathryn de que se mudara a Pittsburgh.
En respuesta a los pedidos, Kathryn anunció:
"¡No! Tendría que caerse el techo del Templo de la Fe, literalmente, para que yo creyera que Dios desea que me mude a Pittsburgh"
El Día de Acción de Gracias de 1950, el techo del templo se desplomó bajo el peso de la mayor acumulación de nieve de toda la historia de la región. Tres semanas más tarde, Kathryn se mudó a Fax Chapel, en los suburbios de Pittsburgh, donde viviría durante el resto de su vida.

"QUIERO SER COMO AIMEE"

En 1950 comenzó a desarrollarse gradualmente un ministerio de alcance mundial. Años después, Kathryn diría que Dios no la había llamado a construir una iglesia. Su ministerio, sostenía, no debía confundirse con un edificio. Algunos son llamados a construir edificios, pero ese no era el caso de Kathryn Kuhlman.

El hecho de que ella sí construyó iglesias quedó en la sombra, tras la publicidad que atraían los cultos de milagros. La Fundación Kathryn Kuhlman, establecida en Pittsburgh, financió más de veinte iglesias en campos misioneros de otros países, pastoreados por ministros locales.

Muchos la llamaban "pastora", con amor y respeto, pero ella nunca fue ordenada pastora. Después de su estadía en Denver, nunca más pastoreó una iglesia. Kathryn decía que ella no había sido llamada a cumplir los cinco ministerios (Efesios 4: 11). Ella andaba en la sencillez de ser una "sierva" del Señor.

Los que conformaban su círculo más íntimo dicen que Kathryn anunció al comenzar su ministerio, que ella sería la próxima Aimee Semple McPherson, fundadora de la Iglesia Cuadrangular. Aimee era, sin dudas, el modelo que Kathryn seguiría. Cuando la vivaz "Hermana" construyó el Angelus Temple en Los Ángeles, Kathryn estuvo presente allí en su momento de mayor popularidad. Se dice que Kathryn asistió al instituto bíblico de Aimee, y que solía sentarse en la planta alta de su iglesia, captando cada aspecto de los ungidos mensajes y la presentación teatralizada de la "Hermana". A diferencia de los demás estudiantes del instituto, Kathryn decidió no quedarse dentro de la denominación cuadrangular, sino que eligió un camino independiente. Es interesante que Rolf McPherson, hijo de Aimee, no recuerda que Kathryn haya estudiado en su instituto. 

Aunque Kathryn nunca conoció personalmente a Aimee, los efectos de su ministerio influyeron sobre ella. Había una gran diferencia fundamental entre ambas: Aimee enseñaba a las personas a buscar el bautismo en el Espíritu Santo; Kathryn pensaba que "buscarlo" era forzarlo. Kathryn era pentecostal pero no hacía demasiado énfasis en ese hecho. La gente siempre la comparó con Aimee, pero fue sólo seis años después de la prematura muerte de Aimee que Kathryn llegó a los titulares de todo el país

UNA IGLESIA MEDIÁTICA

Los mensajes radiales de Kathryn finalmente llegaron a ser escuchados en todos los Estados Unidos, y en algunos lugares del exterior, vía onda corta. Parecía que todo el país estaba ansioso por escuchar esa voz cálida y agradable que preguntaba a su audiencia al principio del programa: "Hola a todos... ¿Estaban esperándome?"

Su programa radial no era religioso ni recargado. Por el contrario, el programa hacía sentir a quienes lo escuchaban como si Kathryn Kuhlman acabara de llegar para sentarse a tomar una taza de café con
ellos. Kathryn ministraba a las necesidades, preocupaciones y dolores de sus escuchas, y su aliento cambió muchas vidas. Con frecuencia emitía unas breves risitas, que hacían que la gente sintiera que habían estado hablando cara a cara con ella. Si tenía ganas de llorar, lloraba; si deseaba cantar, cantaba. Kathryn tenía la capacidad de ministrar por radio de la misma manera que lo hacía en público. No muchos podían hacerlo, pero Kathryn sí. Debido a la demanda del público, la Fundación Kathryn Kuhlman debió permitir el uso de las grabaciones de sus viejos programas a las estaciones radiales, durante seis años después de su muerte.

Durante más de ocho años antes de su muerte, su programa de TV diario fue emitido en todo el país. En ese momento, fue en el programa de media hora de duración producido por la CBS (aunque no era emitido por esta cadena) que permaneció en el aire durante más largo tiempo.

TODO TENÍA QUE HACERSE A SU MANERA

Sus reuniones pasaron del Carnegie Hall a la Primera Iglesia Presbiteriana de Pittsburgh, y durante años, asistieron a ellas algunos de los más exclusivos eruditos de la Biblia en Pittsburgh. Y durante los últimos diez años de su vida, una vez por mes, Kathryn realizó cultos en el Auditorio Shríne en Los Ángeles, donde ministró a incontables miles de personas, y cientos fueron sanadas. También habló en grandes iglesias, conferencias y reuniones internacionales. Kathryn disfrutaba especialmente cuando ministraba en la Fraternidad de Hombres de Negocios del Evangelio Completo, una organización laica fundada por Demos Shakarian.

Pasaron muchos años antes que Kathryn consintiera en integrar los cultos de milagros con sus otras conferencias. Sentía que los límites de una conferencia general, con su organización y sus horarios estrictos, restringirían la libertad del Espíritu que era parte tan vital de sus reuniones.

Si algún grupo deseaba que Kathryn hablara para ellos, debían ajustar el programa que tenían a su estilo. Ella sabía que Dios la había llamado a ministrar de determinada manera, y no habría cambios. Si parecía que no tendría libertad, o si estaban presentes personas cuestionables que podrían manchar su ministerio, cancelaba el compromiso. Algunos decían que "los que estaban a cargo, no estaban a cargo" cuando Kathryn estaba presente.

ELLA MORÍA MIL VECES

Kathryn nunca predicó en contra de fumar o beber alcohol. No defendía estos comportamientos, pero se negaba a aislar a la gente. Tampoco le gustaba la forma en que ministraban algunos de los evangelistas de la sanidad. Le parecía que eran "rudos", y no soportaba esa clase de ministerio. 

Ella nunca enseñó que la enfermedad fuera del diablo. Evitaba el tema, señalando, en cambio, cuán grande es Dios. Sentía que si podía hacer que los ojos de las personas se volvieran hacia Dios, entonces cada cosa ocuparía el lugar que le correspondía. A principios de su ministerio, Kathryn solía decir a las personas que abandonaran sus denominaciones. En sus últimos años, las alentaba a regresar y ser una luz y una fuerza sanadora para ellas.

Se dice que la vida de Kathryn era una oración. Viajaba constantemente, por lo que no tenía sus devocionales en forma convencional; así que aprendió a hacer de cualquier lugar donde estuviera su cuarto de oración. Antes de las reuniones, Kathryn podía ser vista "caminando de un lado para otro, subiendo y bajando la cabeza, con las manos elevadas hacia el cielo o unidas detrás de la espalda". Su rostro estaba cubierto de lágrimas. Parecía que estaba rogando al Señor, pidiéndole: "...querido Jesús... no apartes tu Santo Espíritu de mí" .

Aunque esta profundidad de oración parecería ser algo muy personal, para Kathryn no lo era. Muchas veces, alguien la interrumpía con una pregunta, ella contestaba, y luego regresaba a su oración, en la misma profundidad que tenía al momento de la interrupción. Oral Roberts describió su relación con el Espíritu en esta forma:
"Era como si estuvieran hablando entre ellos, y uno no sabía nunca dónde terminaba el Espíritu Santo y comenzaba Kathryn. Era una unidad". 
Personas de todas clases y denominaciones asistían a sus reuniones: católicos, episcopales, bautistas, pentecostales, ebrios, enfermos, moribundos, personas muy espirituales, personas no creyentes. Y Kathryn sabía que ella era el instrumento que podía señalarles el camino a Dios. De alguna manera, ella cruzaba todas las barreras y llevaba a todos a un mismo nivel de entendimiento. ¿Cómo podía hacerlo? Creo que era porque vivía totalmente rendida al Espíritu Santo. Siempre decía: "Yo muero mil veces antes de cada culto".

Dado que era una evangelista ecuménica, Kathryn nunca permitió que los dones espirituales de las lenguas, de la interpretación de lenguas, o de la profecía operaran en sus cultos. Si alguien hablaba en lenguas repetidas veces, en voz suficientemente alta como para resultar molesto, Kathryn discretamente hacía que lo sacaran del lugar. Ella creía en todos los dones del Espíritu, pero no quería hacer nada que obstaculizara o distrajera a los no iniciados de una simple creencia en Dios. Pero sí permitía que las personas "cayeran bajo el poder del Espíritu".

Muchos llegaron a creer en el tremendo poder de Dios solamente con ser testigos de esta manifestación. Kathryn ofrecía una sencilla explicación al fenómeno:
"Lo único que puedo creer es que nuestro ser espiritual no está preparado para recibir la plenitud del poder de Dios, y cuando nos conectamos con ese poder, sencillamente no podemos contenerlo. Estamos preparados para un voltaje bajo, pero Dios es alto voltaje por medio del Espíritu Santo". 
Nunca dejaba la plataforma, ni siquiera cuando un músico o un cantante estaba ministrando. Generalmente se ubicaba a un costado, pero siempre a la vista del público, de pie, sonriendo, levantando sus manos a Dios.

Kathryn siempre fue consciente de que un día estaría delante del Señor y daría cuentas por su ministerio. Nunca creyó que había sido elegida especialmente por él para llevarlo a cabo. Creía que Dios había llamado a un hombre para hacerlo, pero ese hombre no había estado dispuesto a pagar el precio. Kathryn no estaba segura siquiera de ser la segunda o la tercera persona que Dios había llamado para esa tarea, pero sí sabía que había dicho que "Sí" al Señor. Su ministerio se destaca como uno de los más importantes, sino el más importante, del movimiento carismático.

DEMASIADOS COMO PARA NOMBRARLOS A TODOS

¿Cuáles fueron algunos de los milagros más destacados? Aunque hubo miles y miles de milagros, el mayor milagro, para Kathryn, era que una persona naciera de nuevo. En cierta ocasión, un niño de cinco años, paralítico de nacimiento, caminó hacia la plataforma sin ayuda de nadie. Otra vez, una mujer que había estado paralítica y confinada a una silla de ruedas durante doce años; caminó hacia la plataforma sin ayuda de su esposo. En Filadelfia, un hombre al que le habían colocado un marcapasos ocho meses antes, sintió un dolor intenso en su pecho cuando Kathryn le impuso las manos. Al llegar a su casa, descubrió que la cicatriz de la operación había desaparecido, y no estaba seguro de si el marcapasos estaba funcionando.

Más tarde, cuando el médico ordenó tomarle algunas radiografías, descubrieron que el marcapasos había desaparecido. Y el corazón del hombre estaba totalmente sano.

Era común que los tumores se disolvieran, los cánceres desaparecieran, los ciegos vieran y los sordos oyeran. Las migrañas eran sanadas instantáneamente. Aun los huecos en los dientes eran rellenados por intervención divina. Sería imposible dar una lista de los milagros que se produjeron a través del ministerio de Kathryn Kuhlman. Sólo Dios lo sabe.

Kathryn solía llorar de gozo al ver los miles de personas sanadas por el poder de Dios. Algunos recuerdan que las lágrimas caían hasta sobre sus manos. También se dice que Kathryn lloraba al ver las personas que se iban de sus cultos aún en sus sillas de ruedas, o enfermas. Nunca trató de explicar por qué algunos recibían su sanidad, y otros no. Ella creía que la responsabilidad era de Dios. Le agradaba referirse a sí misma como "vendedora", no "gerenta". Cualquier cosa que la Gerencia decidiera hacer, ella estaba obligada a obedecer. Pero solía decir que esa era una de las primeras preguntas que le haría a Dios cuando llegara al cielo.

EN EL NORTE

En agosto de 1952, Kathryn predicó a más de quince mil personas en la carpa de Rex Humbard en Akron, Ohio. En la madrugada del domingo, antes del primer culto de Kathryn, los Humbard fueron despertados por un fuerte golpe en la puerta de su casa rodante. Era un policía que les dijo: "Reverendo Humbard, tiene que hacer algo. Hay casi dieciocho mil personas en esa carpa". Eran las 4:00 de la mañana, y el culto comenzaría a las 11:00.









Kathryn estaba acostumbrada a las multitudes que superaban la capacidad de un salón o una carpa, así que dijo a Humbard que sólo podrían hacer una cosa: comenzar el culto a las 8:00. Y eso fue lo que hicieron...! Maude Aimee, esposa de Rex, recordó que Kathryn ministró hasta las 14:30 esa tarde.


Después de estas reuniones, los Humbard estacionaron su casa rodante en Akron y construyeron allí una de las iglesias y ministerios televisivos más grandes de esa época, las décadas de 1960 y 1970. Kathryn y los Humbard también iniciaron así una amistad que se prolongaría por el resto de sus vidas.

Aproximadamente en esta época a Kathryn le diagnosticaron un corazón agrandado con una válvula mitral defectuosa. Pero ella continuó hacia delante, dependiendo enteramente del Espíritu Santo.

BRILLOS Y ESTRELLAS FUGACES


Para este entonces, Kathryn se había convertido en una celebridad en el ambiente cristiano y también en el secular. Las estrellas de cine asistían a sus reuniones. Aun la comediante Phyllis Diller recomendó uno de los libros de Kathryn a una admiradora suya que estaba mortalmente enferma.


El Papa le otorgó una audiencia privada en el Vaticano, y le regaló un colgante con una paloma grabada. Las ciudades más importantes de los Estados Unidos le entregaron las "llaves" de la ciudad. Hasta Vietnam le entregó la Medalla de Honor por sus contribuciones a los que sufrían.

Naturalmente, en medio de todos los honores también había ataques, algunos de los cuales Kathryn logró ignorar. Pero otros la hirieron profundamente. Entre ellos se encontró la traición de su empleado Dino Kartsonakis y su cuñado, Paul Bartholomew.

En resumen, Dino y su cuñado exigieron un elevado aumento de sueldo en sus contratos al descubrir que la Fundación Kuhlman había firmado un contrato con diversos medios. Kathryn había disfrutado mucho de la compañía de Dino. Sin duda, muchas de las personas que asistieron a sus cruzadas recuerdan la forma cariñosa en que solía presentarlo, diciendo con un ampuloso movimiento de brazos: "Aquí está... jDiiiinooooo!" Kathryn había sacado a Kartsonakis de la oscuridad y lo había lanzado a un ministerio internacional. Se decía que lo hacía vestir con las mejores ropas y lo elogiaba constantemente delante de los medios. 

Pero Dino aparentemente cayó bajo la influencia de su cuñado, Paul Bartholomew. Aunque Bartholomew había sido la persona que más ganaba del personal, quería más, y finalmente demandó a Kathryn por una suma exorbitante de dinero. Y cuando Kathryn expresó su desaprobación por la altamente publicitada relación de Dino con una joven del mundo del espectáculo secular, él se llenó de amargura y también pidió más dinero. Como consecuencia, Kathryn despidió a ambos. Pero no antes que ellos hicieran muchas denuncias públicas contra ella en relación con su carácter, que fueron oídas en todo el mundo.

En sus últimos años, Kathryn no pasaba mucho tiempo analizando el carácter de los integrantes de su equipo. En cambio, elegía a las personas que disfrutaba, pero muchas veces, esa relación placentera era de breve duración y provocaba muchos dolores al terminar. Es posible que sus errores al elegir a ciertos colaboradores se debieran a la fatiga física y mental. Su programa de actividades era terrible. Aunque le advirtieron que contratar a Kartsonakis y Bartholomew era un error, Kathryn los contrató y finalmente debió sufrir la situación que ya hemos relatado. 

Aunque seguramente hubo muchos errores de juicio, por falta de entendimiento, o errores cometidos por las personas que la rodeaban, Kathryn nunca permitió que la carne participara en ningún mover del Espíritu Santo, y jamás se llevó el crédito por nada. Kathryn siempre dio la gloria a Dios. 

Con el ministerio avanzando a toda máquina, las denominaciones más importantes daban crédito a Kathryn por tener la forma más pura del ministerio del Espíritu Santo en su época. No tenía planes ni motivos ocultos; lo que uno veía en ella era lo que realmente era. 

Jamás simuló tener respuestas que no tenía, y siempre se preocupó de no contristar al Espíritu Santo. Kathryn fue honesta, sincera, comprometida con Dios y sometida a él durante toda su vida. 

"SE CAEN LAS GRADAS"


En 1968, ministró para Pat Robertson y su compañero de ministerio, Jim Bakker, ante más de tres mil personas. Poco después que comenzara la reunión, una grada se rompió y cayó contra la pared. Muchos cayeron al suelo o quedaron suspendidos en el aire. La patrulla de emergencias llegó al lugar y se llevó algunas personas heridas en camillas. La grada fue reemplazada por sillas plegables y la reunión continuó normalmente... ¡mientras tanto, Kathryn, que no había notado nada de lo que había sucedido, ya iba por la mitad de su sermón! 

Durante 1968, viajó a Israel, Finlandia y Suecia. Fue invitada al Show de Johnny Carlson, al Show de Dinah Shore, y a muchos otros. 

Aunque era muy diplomática y era bien aceptada en medio de toda clase de personas, continuaba manifestando el poder del Espíritu Santo que había sobre su vida, aun en estos programas televisivos. Se dice que los empleados de los estudios de la CBS siempre sabían cuándo Kathryn entraba al edificio, porque la atmósfera toda del lugar cambiaba. 

En 1975, aunque ya estaba casi llegando a los setenta años, y su enfermedad la había debilitado, Kathryn hizo un viaje ministerial a Israel para hablar en la Segunda Conferencia Mundial sobre el Espíritu Santo. A pesar de su edad y su enfermedad, aún era osada en su ministerio. 

Kathryn se había enterado de que Bob Murnford iba a predicar en esa conferencia, por lo cual amenazó con suspender su presencia allí. Dijo que las enseñanzas de Murnford sobre el discipulado eran una herejía total y que ella no participaría. Pero finalmente, Kathryn fue a Israel y ayudó a muchos habitantes del Oriente Medio a experimentar el ministerio del Espíritu Santo. 

ESTOY BIEN CON MI DIOS

El último culto de milagros del ministerio de Kathryn Kuhlman fue realizado en el Auditorio Shrine de Los Ángeles, California, el 16 de noviembre de 1975. Cuando Kathryn abandonaba el auditorio, una empleada de su oficina de Hollywood vio algo que nunca olvidaría. 



Mientras todos salían del auditorio, Kathryn caminó en silencio hasta el final de la plataforma. Una vez allí, levantó la cabeza y recorrió lentamente con su mirada la planta alta de asientos, como si estuviera estudiando cada uno, durante un tiempo que pareció una eternidad. Luego bajó la mirada a la segunda sección, siguiendo cada fila y cada asiento con la mirada. Finalmente estudió detalladamente cada uno de los asientos de la planta baja. 

Sólo podemos imaginar lo que pasaba por la mente de Kathryn; los recuerdos, las victorias;Las sanidades, las risas, las lágrimas. ¿Sería posible que ella supiera que jamás volvería a pisar la plataforma? ¿Sería posible que en ese momento, estuviera despidiéndose de su ministerio terrenal?

Sólo tres semanas después de ese día de noviembre, Kathryn agonizaba en el Centro Médico Hillcrest de Tulsa, Oklahoma, después de una operación a corazón abierto. 

Para entonces, había dado el control total de su ministerio a Tink Wilkerson, que anteriormente había trabajado vendiendo automóviles en Tulsa. Wilkerson es el hijo de la fallecida Jeannie Wilkerson, una verdadera profetisa del Señor.

Wilkerson estuvo con Kathryn solamente durante diez breves meses. Ella confiaba en él. Fue él quien eligió el lugar donde le practicaron la operación a corazón abierto. Al morir, Kathryn le dejó la mayor parte de sus bienes. Cuando se les preguntó sobre Wilkerson, los integrantes del equipo de Kathryn se mostraron divididos en sus opiniones.

Algunos creían que él había engañado a Kathryn; otros, que había sido enviado por Dios para sostenerla en sus últimas horas. No obstante, los medios especularon mucho preguntándose por qué Wilkerson había recibido tantos de los bienes de Kathryn, y Maggie Hartner, su compañera de tantos años, había recibido tan poco.

En 1992, Wilkerson fue condenado en dos tribunales de distrito de OkIahoma por fraude en un negocio de automóviles que había tenido. Su salida de la cárcel estaba planeada para el verano de 1993, y pensaba en ese momento escribir un libro sobre la amistad que él y su esposa tuvieron con Kathryn. Durante todos estos años, Wilkerson ha guardado silencio, posiblemente por respeto. Creo que él tiene una historia que debe ser contada.

"QUIERO IRME A CASA"


Oral y Evelyn Roberts estuvieron entre las pocas personas a las que se permitió visitar a Kathryn en el Centro Médico Hillcrest.  Cuando entraron a su cuarto y se acercaron a su cama para orar por su sanidad, Oral recuerda que sucedió algo muy importante. "Cuando Kathryn se dio cuenta de que estábamos allí para orar por su recuperación,  extendió sus manos como formando una barrera y las levantó hacia el cielo". Evelyn Roberts miró a su esposo y dijo: "No quiere que oremos. Quiere irse a casa" . 


Myrtle, hermana de Kathryn, recibió el mismo mensaje de ella, y le dijo a Wilkerson: "Kathryn desea ir a casa"

La maravillosa dama pelirroja que presentó el ministerio del Espíritu Santo a nuestra generación y emocionó a millones de personas, finalmente recibió lo que deseaba con todo su corazón. Se dice que el Espíritu Santo descendió sobre ella una vez más y su rostro comenzó a brillar. La enfermera que la cuidaba notó un fulgor que rodeaba su cama, creando una paz indescriptible. A las 20:20 del viernes 20 de febrero de 1976, Kathryn Kuhlman fue a su hogar, a estar con Jesús. 

Tenía sesenta y ocho años de edad. Oral Roberts presidió su funeral en el Cementerio Privado Forest Lawn, en Glendale, California. Kathryn fue sepultada en el mismo cementerio, a ochocientos metros de donde se encuentra el cuerpo de Aimee Semple McPherson. A la muerte de Kathryn, Oral tuvo una visión de que Dios levantaría y extendería ministerios similares por todo el mundo, haciendo que la magnitud del poder del Señor fuera aún más grande de lo que fue en la vida de Kathryn. 

Kathryn Kuhlman fue un tesoro muy especial. Su ministerio fue pionero en llevar a nuestra generación al conocimiento del Espíritu Santo. Ella intentó mostramos cómo tener comunión con él, y amarlo. Kathryn verdaderamente tenía la capacidad de revelamos el Espíritu Santo como nuestro Amigo. Por esto, nadie puede cerrar este capítulo mejor que ella misma: 

"El mundo me ha llamado tonta por haberle dado mi vida entera a Alguien que nunca he visto. Sé exactamente lo que voy a decir cuando esté en su presencia. Cuando mire el maravilloso rostro de Jesús, tendré sólo una cosa para decir: "Lo intenté". Me entregué lo mejor que pude. Mi redención será completada cuando me encuentre frente a quien todo lo hizo posible".


 Sobre el autor: 

Roberts Liardon es uno de los líderes cristianos más respetados de nuestra generación. Como autor, orador, líder espiritual, historiador de la iglesia, y humanitaria, que ha ministrado en más de 125 países. Sus libros han sido traducidos a más de sesenta idiomas, y más de quince millones han sido vendidos en todo el mundo.
Como adolescente, Roberts se inspiró para empezar a escribir y producir una serie de libros y vídeo tituladoGenerales de Dios , que narra la vida de los líderes cristianos protestantes. El primer volumen de pentecostales y carismáticos ministros fue un éxito inmediato, y con volúmenes posteriores Roberts se ha convertido en una autoridad reconocida en la historia de los movimientos protestantes.
En sus veinticinco años, Roberts construyó una de las iglesias de más rápido crecimiento en los EE.UU. y estableció su primera, Biblia universidad acreditada. A partir de este ministerio, fundada hace más de cuarenta iglesias y construyó cinco institutos bíblicos de todo el mundo. Él siempre ha ayudado a los pobres y necesitados a nivel local, a través de América, y en todo el mundo.
Recientemente, Roberts puso en marcha un nuevo programa de televisión llamado Generales de Dios con Roberts Liardon . Él sigue hablando a esta generación de cristianos e iglesias, ayudándoles a acercarse más a Dios, crecer en madurez espiritual, y el impacto en sus comunidades.
                  https://www.robertsliardon.org/




Este material fue redactado y pasado del original
con el fin de compartirlo con creyentes fieles dentro
de la iglesia, y no con fines de comercialización.
Pastor: Mario Pérez
01 de Octubre de 2013 

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Pastor: Mario Perez

Que Dios te bendiga y te acompañe siempre. Que ilumine tu vida y te abra los caminos. Que nunca te falte amor, cariño, salud ni dinero. Que recibas toda la felicidad que te mereces.

1 comentario:

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