Entre las riquezas materiales mencionadas en la Biblia, frecuentemente se menciona la ropa. “un manto babilónico muy bueno, costaba doscientos siclos de plata o un lingote
Santiago 5:2 Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla.El problema ahora no es tanto la polilla, ni tampoco de que se envejezcan, sino el “fastidio”. La ropa, la joyería, los zapatos, etc. pierden su atracción después de usarse unas cuantas veces, y hay que comprar más. Los israelitas tenían que llevar su ropa durante cuarenta años (Deuteronomio. 8:4), pero hay hermanos (¡y mayormente hermanas!) que no quieren llevar la misma ropa ni cuarenta días sin aburrirse de ella (no sé lo que hubieran hecho si hubieran vivido en el desierto por cuarenta años). Es
verdad que muchos regalan ropa a otros, pero no por ser benévolos, sino para tener excusa para comprar estilos nuevos.
2.- El orín (la herrumbre) corrompe (destruye).
Todos los productos metálicos (automóviles, aparatos eléctricos, maquinaria) con el tiempo se quiebran, se acaban o quedan enmohecidos, oxidados, arruinados. Jesús advirtió que el orín o herrumbre atacaría las cosas de valor de quienes permiten que el mundo sea el lugar donde almacenan sus tesoros en la tierra.
Aunque aseguraban bastante sus casas, los ladrones podían entrar gracias a que las paredes eran fabricadas de adobe y era fácil entrar. Actualmente los ladrones estudian para violar cualquier seguridad, muchas personas instalan en sus automóviles sistemas de seguridad que suenen sus alarmas, y los ladrones se divierten robando tales sistemas de los carros para venderlos (junto con el carro, o por separado) a otros.
Además los ladrones de “cuello blanco” que visten siempre apropiadamente, tiene buena presencia y que sus delitos son difícilmente investigados o encontrados. Con este tipo de delincuentes no se garantiza la efectividad de la ley, por la influencia que este tipo de delincuente tiene.
“El problema es que nos aferramos con uñas a este mundo”
Cuando la mujer de Job miró atrás recordó todo lo que había luchado y conquistado y todas aquellas amistades que había dejado. (Lucas 9:62 Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.)
Pablo le enseñó a los Filipenses
“que nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20)No podemos olvidarnos que no somos de este mundo, que estamos de paso; Jesús se lo dijo al Padre en su última oración en el Getsemaní “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.” (Juan 17:15-16)
“El afán por poseer cosas”
Jesús enseñó a sus discípulos que el afán por poseer cosas (como el vestido) era absurdo ya que ese tiempo que se había empleado para obtener esas cosas era tiempo perdido ya que esas mismas cosas se dañan o se pierden;
“Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” (Mateo 6:28-30)“La Iglesia Primitiva vivía esperando la Segunda Venida de Jesús”
Ellos tenían la certeza de que Jesús iba a llegar en ese tiempo, el Apóstol Pablo a los Tesalonicenses les dijo; “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros (el Apóstol Pablo se incluía) los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. (1 Tesalonicenses 4:16.17)
“La iglesia Primitiva se preparaba para recibir al esposo”; ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! (Parábola de las 10 vírgenes)
Invirtiendo en la eternidad
Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, y les dijo: Negociad (invertir) entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitaráAhora no les dijo dónde o como invertir ese dinero (las minas era dinero equivalente a 100 dracmas) según el relato de Lucas tres se presentaron delante del Rey con diferentes resultados; Uno con diez minas, otro con cinco minas y el último con una sola mina ¿Que marcó la diferencia? Las palabras de elogio del Rey nos da la respuesta: ¡Bien hecho, buen siervo... En lo poco has sido fiel!
Lucas 19:12-26
¿Cómo estás invirtiendo tu poco? Tu responsabilidad de producir con lo que el Señor te ha dado no es un secreto complicado con pasos difíciles de seguir. Sencillamente, se trata de esto: “ser fiel.”
¿Hasta qué punto estás siendo fiel con lo poco que se te ha dado?
Reflexiona sobre tu vida en base a estas preguntas:
- ¿Estás siendo fiel con el Señor tu Dios en amarle más que todo lo demás?
- ¿Estás siendo fiel con el Señor tu Dios en amar a la gente que te rodea cada día?
- ¿Estás siendo fiel al Señor tu Dios en honrar y respetar a tus padres si todavía tienes?
- ¿Estás siendo fiel al Señor tu Dios con el control y desarrollo de la mente que el Señor te ha regalado?
- ¿Estás siendo fiel al Señor tu Dios con la nutrición y el descanso del cuerpo que el Señor te ha regalado?
- ¿Estás siendo fiel al Señor tu Dios por hacer que el espacio donde tú vives refleja al Creador?
- Y si conoces al Señor Jesucristo como tu Salvador, ¿estás siendo fiel a su iglesia?
“Según todo lo hemos aprendido no es sensato dedicar tanto tiempo a las cosas que perecen, si no a lo que es eterno”
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